Taller: Políticas de la emoción en América Latina (I)
Ana Peluffo
University of California, Davis
(6/11/14)
Siempre está la pregunta por las emociones. ¿Tiene la razón un componente emocional? Digamos que es un binomio, y que además está la razón/emoción como un binomio jerarquizado. Y lo emocional es visto con desconfianza por la filosofía moderna, con peligro. Cuando pensamos en ese binomio, razón masculinidad, emoción feminidad. Las mujeres son los grupos que no pueden controlar sus emociones, así lo piensa la cultura dominante. Para citar a Sara Ahmed, que es una de las teóricas críticas de este giro afectivo, “circulan en los cuerpos” ( que está también en autores como Hume, las emociones se contagian). Cuando alguien está triste, yo también me pongo triste. O lo que la risa es contagiosa. La palabra contagio no me gusta mucho porque, aunque contagio viene de contacto, se puede pensar las emociones como una enfermedad. Algo que hay que curar, gestionar, racionalizar. Algo problemático en ese sentido. Entonces, creo que de allí habría que pensar un poco, hacer algunas distinciones semánticas porque hay varios términos que circulan entre las emociones: afecto, emoción, sentimiento, pasión.
Pasión es un término que viene de la filosofía clásica que quiere decir sufrimiento y que en algún momento se sexualiza, remite a la sexualidad. Hay una antropóloga que hace un paralelismo entre la sexualidad y las emociones: con las emociones pasa algo parecido que con la sexualidad, es algo que se tiene que ocultar, que tiene que ver con el cuerpo, y que hay que dominar y reprimir, y que es el discurso de represión genera un discurso emocional. Pero allí me desvié (risas). Pasión se sexualiza, entonces, es un término que se ha dejado de usar, pero en algún momento era un término muy frecuente. Sentimiento es un término que se utiliza en el siglo XIX. Si pensamos en la bibliografía del XIX, sentimant era la palabra más frecuente, pensemos en Rousseau. Lo sentimental, conectado con las lágrimas, el corazón.
Afecto y emoción son dos términos en los que vamos a encontrar discrepancias. Massumi en el prólogo a “Mil Mesetas” de Deleuze dice que hay que diferenciar entre afecto y emoción. “El afecto es prebiográfico, es la emoción antes del lenguaje”. Son indeterminados, y que en algún momento son etiquetados por el lenguaje. Hay otros críticos que usan afecto y emoción como sinónimos. Y en parte los críticos que usan “afectos” siguen a Espinoza, pero hay una socióloga que indica que también Espinoza también alterna entre afecto y emoción. Afecto entonces también es un término más teórico y emoción más desprestigiado. Si exploran estos textos se darán cuenta que hay críticos que usan estos términos de forma diferente.
A fines del siglo XX se empieza a masculinizar, a ver con mucha sospecha el material sentimental: cursi, deficiente. Todos los críticos, digamos, Mariátegui es el mejor ejemplo con Clorinda Matto, pero también Ventura García Calderón pensaban ese material como deficiente desde una perspectiva estética y no desde una perspectiva cultural. No solamente Matto, sino “María” de Jorge Isaacs, “Gertudris” de Avellaneda. Ese sentimiento es transnacional, y transatlántico, en Francia también se hace lo mismo. Pero es una de las razones por las que se vuelve difícil enseñar o trabajar estos textos con estudiantes. ¿Qué hacer con este material afectivo?
Y creo que aparece la cuestión de historizar las emociones. Este es uno de los debates más básicos, y que tal vez la respuesta ya la tenemos. ¿Son las emociones culturales o biológica-somáticas? Ahora la respuesta parece obvia, porque ahora pensamos que todo es cultural. La mayoría de los críticas van a decir que son culturales, pero sabemos que las emociones tienen una base fisiológica. Cuando sentimos miedo, temblamos, se nos pone la piel de gallina, o nos ponemos a sudar, y ese miedo tiene una razón de protección. El cuerpo se prepara para la acción ,para escapar. Y eso está de alguna manera, las emociones son por un lado juicios (Aristóteles), juicios, ideas, pensamientos. Cuando tenemos miedo a algo, tenemos miedo a algo que es peligroso. Es difícil identificar lo corporal de lo mental. Sara Ahmed tiene un ejemplo de una niña con un oso. Cuando ve al oso, la niña sale corriendo. La niña sabe que ese oso es peligroso. Entonces, estamos hablando de lo corporal y lo afectivo.
Darwin, es talvez para el siglo XIX muy importante, porque él habla de las emociones. En un texto tempranamente al castellano, ahí hace una especie de taxonomía de las emociones. Y lo que quería probar Darwin es que el lenguaje de las emociones es universal. Pedía a personas que posaran sintiendo emociones. Les pedía que posaran, trabajaba con un fotógrafo en un estudio, y después les mostraba las fotografías en sus viajes a diferentes personas. Y concluyó que todos podían reconocer las diferentes facciones.
Vamos a ver, uno de los primeros libros de Darwin con ilustraciones, la primera imagen por ejemplo es el desprecio. Y es interesante porque los estudios culturales se van a a ocupar mayormente de sentimientos negativos. Desprecio, miedo. Bueno, en el caso de Darwin (“la expresión de las emociones en los hombres y los animales), lo que quería probar es que los hombres descienden de los animales porque tenían el mismo sustrato emocional. En el caso de las fotos de los animales, no aparecen al lado de las personas, pero hay un gato con la piel erizada, como con miedo, en posición de ataque, y luego hay una cita de Darwin que dice “con la humanidad, algunas expresiones, como por ejemplo el erizamiento del pelo bajo el terror, o mostrar los dientes cuando estamos furiosos, son difíciles de entender excepto si pensamos que el hombre alguna vez existió de forma animal”. Las emociones funcionan entonces como puente entre las especies, y acá tiene desprecio, que es una emoción que correlaciona con el asco, y el asco es una emoción que Darwin pensaría que tiene como orígenes evolutivos. Cuando nos da asco una comida, es que nos puede hacer mal. Darwin dice que las personas cuando tienen asco ponen la boca como en círculo, para vomitar. Y en las imágenes se ven los gestos de la boca.
En la segunda, Darwin se encontró con un hombre que tenía los músculos paralizados. Es muy interesante porque luego vino Margarette Meade y trató de refutar esta teoría de Darwin, y demostró que en otras culturas había emociones intraducibles. Más recientemente, Paul Ekman, un psicólogo de una Universidad de Californa, retoma el proyecto de Darwin, y quería refutar a Darwin pero lo terminó confirmando. Y desarrolló una teoría de las expresiones microfaciales: descubrió que las emociones se reflejan en la cara, que muchas veces, los 42 músculos de la cara, revelan esas, microexpresiones que revelan emociones que las personas ni siquiera saben que las tienen.
Lo que el test de Ekman redescubrió es que todo el mundo podía reconocer las expresiones. Su teoría fue utilizada, “Lie to Me” (¿conocen esta serie?) está basada en la teoría de Ekman. En vez de tener un aparato detector de mentiras, Ekman entrena a estos psicólogos. También para “Toy Story” utilizan a Ekman para dibujar los personajes y el estado emocional de los personajes. Cuando empecé a investigar a Ekman me pareció una teoría problemática porque me recordó a Lombroso, y creo que el caso de Ekman, dentro de la psicología tiene muchas publicaciones, pero es problemática, desde la perspectiva de que el gobierno pueda usarlo para detectar si la gente miente.
Esta idea de las emociones entonces como por un lado biológicas, grabadas en el cuerpo, y también universales, es una idea refutada dentro de los estudios culturales, y lo que me interesa a mi más allá de los estudios culturales, es el trabajo de los historiadores. Porque a los historiadores les interesa ver históricamente como van cambiando las emociones cuestionadas y aceptadas, pero luego volveremos a eso. De todas formas, la gran mayoría de los críticos culturales, digamos Eva Illouz dirá que “la emoción no es acción per se..”
Creo que lo que dice es que las emociones son socialmente determinadas y culturalmente construidas, es decir, se opone a Darwin y Ekman. Esta también es la teoría de Sara Ahmed. Ahmed piensa las emociones importantes para la teoría de la sociabilidad. “A través de las emociones es que se crean las superficies y los límites, el yo y el nosotros están moldeados y hasta toman forma en el contacto con los otros”. Y Sarah Ahmed habla sobre la sociabilidad, cómo las emociones circulan por los cuerpos: cómo las emociones, algunas, nos llevan a alejarnos del otro, y emociones que nos acercan. ¿Cuáles son estas? Aunque sea de forma problemática, la compasión, la simpatía.
Muchos de estos pensadores de los estudios culturales del giro afectivo vienen del feminismo. Me parece importante porque también se ha pensado el feminismo como un campo en crisis, especialmente después de la tercera ola, Butler, Preciado, porque cuestionan no solamente el binomio hombre mujer, sino el concepto mujer mismo como un concepto heteronormativo, burgués, y hasta la categoría de sexo: el sexo, dirán, es también una construcción cultural. Eso por un lado.
Hay una cuestión interesante entre Nussbaum, representante de un feminismo liberal, utilizar lo femenino estratégico para mantener vivos los estudios sobre mujeres, y Butler. Y pensaba que tal vez es diferente aquí en Latinoamérica que en los Estados Unidos, porque en los Estados Unidos parece haberse cumplido eso por lo que se luchaba en la primera y segunda ola. Wendy Brown comenta que el feminismo vive un proceso de duelo porque se ha perdido esa “utopía” que daban las demandas.
Creo que de repente, estas teóricas feministas que están un poco peleadas, todas empiezan a trabajar el afecto, las emociones y estas críticas se están, parece, desplazando a este terreno.
*Break*
Nussbaum tienen una teoría muy bonita de las emociones: habla de las emociones muy focalizadas en la literatura, y ella dice que la literatura es una forma de educar éticamente a los lectores, pensar los textos como archivos de emociones. Y basándose en una frase de Proust, dirá que las emociones son “accidentes geológicos del pensamiento”. Pueden ser terremotos, montañas, planicies, según cuán importantes sea para nuestra eudaimonia, término que utiliza Aristóteles. Emoción viene de mover, y la emoción motiva a la acción, pensemos en el caso del miedo, correr.
Francesca Denegri: O lo contrario, congelarte
Y esa es una crítica que se le ha hecho al sentimentalismo, una especie de voyeurismo del sentimiento, es como observar una escena de sufrimiento y no hacer nada. Y ella, Nussbaum, tiene esa definición de las emociones. Aquí me parece muy importante, y aquí me voy a meter a lo que dicen los historiadores. Allí el texto central es de Norbert Elias, y en ese texto Elias habla, da una teoría muy utilizada pero también muy cuestionada, y él habla con una versión muy “hidráulica” que se opondría a Ahmed, una concepción de las emociones como algo pegadizo, emociones negativas que se adhieren a ciertos cuerpos y no a otros, y Elias piensa que las emociones están adentro, como reprimidas. A medida que avanza la modernidad, surge la necesidad de reprimir ciertas emociones consideradas negativas como la violencia y como Elias era un lector de Freud, trabajará un poco con la teoría de Freud del superyó, la represión emocional que en algún momento explota.
Elias dirá que en la edad media, había una violencia cotidiana. Duelos, señores feudales apropiándose de tierras, violencia como parte de la cotidianeidad. Y con la modernidad, los proyectos urbanos, la sociedad se “pacifica” y está como muy codificado este tipo de emociones, y la violencia pasa a ser un monopolio del estado. Es el estado el que tiene la función de defender el territorio. Esa es una teoría que Elias trabaja mucho con manuales de conducta, manuales, cartas que para ese tiempo eran muy novedosas. Ahora todos hacemos eso de alguna manera. Paradójicamente, lo curioso es que Elias mueren los dos en el Holocausto. Elias se consigue escapar, y el prologuista señala que Elias, que habla sobre la pacificación, paradójicamente escribe antes del holocausto. Es una teoría muy citada pero también muy criticada: primero porque hay esa especie de visión muy dualista del pasado-presente. La sociedad medieval como una sociedad guerrera, caótica emocionalmente hablando, y hay varios historiadores como Barbara Rosenwein, que señalará que el proceso caótico del que habla Elías es una fabricación, una fantasía. Al mismo tiempo le criticará las “comunidades emocionales”: “cada espacio, dice Rosenwein, son comunidades sociales, monasterios, barrios, y el investigador debe buscar los sistemas de sentimiento , estructuras de sentimiento… Son grupos sociales que tienen los mismos códigos de sentimientos”. Y Rosenwein está pensando en la sociabilidad de las emociones, que diferentes grupos sociales tienen diferentes emociones. Pensemos en una cancha de fútbol y su comportamiento, que es muy diferente al comportamiento emocional que tenemos en una iglesia. Podemos hablar de géneros, de clases sociales y que hay zonas de contacto entre esas emociones. Y que en cada contacto se fomentan y se reprimen esas emociones. Es una forma interesante complejizar a Elias.
Otros críticos como William Reddy hablan de regímenes emocionales, pensando, separando la emoción del emocionalismo, que sería más bien el discurso normativo de la emoción. Como que todos tenemos estos códigos internalizados de lo que es apropiado o no apropiado emocionalmente.
Hay una entrevista muy interesante que le hace Manuel Cruz a Victoria Camps sobre “El gobierno de las Emociones”. Y le pregunta acerca del título, y si sobre hay una jerarquía entre razón y emoción .Y Victoria Camps responderá que las emociones necesitan de inteligencia, y aparece ahí la idea de la forma adecuada o no de gestionarlas.
Francesca Denegri: A mí me interesa la vergüenza en el contexto peruano. Estoy pensando un cuento de Benedict Anderson cuando vino para recibir un título Honoris Causa. Y él contó algo sobre la vergüenza y el surgimiento de lo nacional. Cuenta que cuando él vive en la China, a los 6 años, solamente veía a sus padres hablar inglés. Pero un día sale al mercado, y a la hora de negociar con el vendedor, la madre comenzó a hablar en perfecto chino y regateó todo lo que quizo. Pero a él le dio una vergüenza espantosa. ¿Por qué? “Porque esa voz china no era mi madre, que estaba fuera de la casa, fuera del hogar, y me dio vergüenza”. Y eso fue su despertar a su identidad anglo, a través de la oposición al idioma chino hablado por alguien anglo. Y pensé en la vergüenza como una emoción muy peruana. En esta sociedad de jerarquías de clase, siguiendo a Ahmed, es una emoción circulando en el espacio público de manera soterrada pero clara y latente. Sin embargo, no entra en la producción intelectual, no se trabaja ni en la novela, ni en el ensayo, ni en la plástica. Es una emoción muy subterránea. Y pienso en el siglo XIX. Clorinda trata la pena por el indio, la pena por la mujer violada. Pero no la vergüenza.
Hay algo en Gonzalez Prada, donde es la furia, pero también está conectado con la vergüenza
FD:Pero yo leo a Gonzalez Prada desde la humillación masculina
Claro, la vergüenza habría que leerla desde el género también
FD:Y pienso en Vargas Llosa y la indignación en su primera literatura, o que Ribeyro trabaja el hastío. Pero la vergüenza está ausente a pesar de ser una emoción que nos aglutina
Bueno, Nussbaum tiene en este libro una reflexión sobre la vergüenza. La vergüenza sería un “ugly feeling”. Nussbaum dice que, y aquí vemos que todas las emociones son ambiguas. Que todo puede ser visto de manera positiva o negativa, y ese es un problema. Todo el libro de Nussbaum está hecho para eliminar
*Queria saber si la vergüenza sería consecuencia de la ignorancia
Nussbaum quiere, ve en ese libro a la vergüenza como la persona que interioriza los ojos de otro al que admira y frente al que se autodisminuye. Cuando sentimos vergüenza estamos fallando respecto a alguien. También la vergüenza ha sido asociada con las mujeres, con la carnalidad, y eso esta desde Adan y Evan, cuando se cubren y sienten vergüenza de sus cuerpos. Pero también hay un tema de género, por ejemplo en Clorinda. La expresión de bajar la mirada cuando son humilladas por los curas. Matto no le llama vergüenza pero usa ese gesto corporal. Por otro lado, hay críticos como Camps que le ven un lado positivo a la vergüenza. Ahí la vergüenza sería positiva (en casos como el Holocausto), ese hecho ofende nuestra moralidad, y se puede dar un giro positivo a la vergüenza.
Por ejmplo Sarmiento en el Facundo dice “da compasión y vergüenza ver estas casitas…”, hay una vergüenza frente a su propio país. Y siente vergüenza porque tiene un modelo otro .Entonces siempre hay jerarquización, verse menos frente a un otro. Y es un sentimiento que se adhiere, que destruye la autoestima, y que deja huellas en el cuerpo. Creo que es algo interesante para sobre lo que reflexionar.
Hay una bibliografía frondosa para cada afecto en particular. Cuando me metí al tema me di cuenta que es vastísimo. Hay muchos libros sobre cada tema. Creo que también se conecta con un hecho particular, en Estados Unidos después del 11 de septiembre. Butler misma se preguntará en “cuerpos que importan” sobre cuáles son los cuerpos que se lloran. Muchos críticos han asociado ese giro sentimental con esa vulnerabilidad y el duelo de la tragedia.
*Disculpe, pero no entiendo. ¿El Holocausto no generaría vergüenza en los nazis más bien?
Claro, tal vez, vergüenza ajena. Es difícil definir las emociones. Hay muchas emociones que aparecen juntas. Vergüenza si es que piensa en bajar la mirada, o tal vez si un piensa en indignación.
*Igual y la vergüenza tienen un componente colectivo importante, a propósito del Holocausto. Yo como parte de la raza humana, y ahí se genera un vínculo entre vergüenza e identidad, y ahí tal vez lo conecto con lo que decía Francesca. Quizás la indignación es más individual
Y ahí la vergüenza es positiva, es una respuesta ética. Me interesa también la respuesta de lo emocional con la construcción de identidades emocionales. Y hemos trabajado a Anderson, como lo decía Francesca, y su identidad nacional como algo muy racional. Y Anderson menciona también una “legitimación emocional”, pero no se ha dado importancia a ese tema. Y fue una teoría muy criticada también. Anderson toma como base a Ernst Renan, y Renan menciona a la nación como un principio espiritual. Y eso se conecta, por ejemplo, con Martí: “nuestras dolorosas repúblicas de america del sur”. La herida de la conquista como común, la idea de que el sufrimiento une.
¿Qué es entonces lo que hace que nos sintamos peruanos o chilenos? Las novelas del XIX buscan hacernos sentir, hay un mensaje emocional de pertenencia, y son como archivos de emociones, como espejos en los que las personas podían sentirse reflejadas.
FD: Yo quería que elaboraras un poco más la idea que sugeriste, sobre el “posfeminismo”, o el feminismo herido, debilitado después de Butler, este feminismo herido se ubica o encuentra un nuevo lugar en el giro afectivo. Este nuevo interés por las emociones: qué hay en las feministas pre Butler, o elaborar este pasaje, esta transición en retirada. Estamos hablando de un feminismo herido, que se retira.
Bueno, Butler reconoce que durante su juventud fue influenciada por Bouvoir. Pero tal vez una de las razones, casi todas las pensadoras, creo que el emocionalismo haya sido como erróneamente femenino que hace que sea un punto de discusión. Pero también estaba pensando en l que dijiste antes, cuando tu escribiste tu libro, te sentías algo presionada para incorporar estas escritoras al canon. ¿Qué hacer con este sentimientalismo al descubierto? ¿Cómo legitimarlas? De hecho, Ludmer en ese artículo famoso, ella dice que “para leer la obra de sor juana no voy a leer la emoción en sor juana, voy a leer la razón”, de cierto modo masculinizarla para incorporarla.
Y creo que muchos años después, estamos como “ok, o borramos esa emocionalidad desbordada o lo traemos a la mesa”. ¿Qué pasa entonces con el sentimentalismo? ¿De dónde viene? . Y la otra cosa fascinante para mi es que el sentimentalismo no era meramente femenino. Y se me ocurre “María” de Jorge Isaacs. Se piensan como canónicos, se siguen leyendo…
Marcel Velázquez: Siguiendo esa línea, es como en el horizonte ilustrado, desde Rousseau, que habla que un lenguaje de las emociones universal, Werther . Puede ser que la novela sea la que relaciona con el sentimentalismo a la mujer, y que ahí se vuelva amenazante
Eso no lo había pensado, puede ser que sí, es un tema muy interesante
FD: ¿Pero que tan visible es la lectora mujer?¿En el siglo XVIII?
MV: En Latinoamérica no tanto, pero en Europa, en el tema general, está allí. Se hace más fuerte en la época del XIX. Y hay una vinculación clara entre novela y mujer.
Creo que hay un punto de quiebre muy a fin de siglo
FD: Creo que tiene que ver con el individualismo de la novela: es el individuo apartado del mundo que da rienda suelta a su universo privado que tiene y que conjuga razón y pasión, razón y lágrimas, más que la idea de una lectora que está muy en ciernes
MV: Pero hay un razonamiento que dice que la novela va a afectar a las mujeres, hay una amenaza de llevar a las mujeres a una conducta moral impropia. Y cuando la mujer escribe queda atrapada con esa lógica, no puede salir…
Siempre he pensado que el sentimentalismo de Rousseau se rompe un poco con el naturalismo, Clorinda Matto. Pero hay como este punto de quiebre a fin de siglo. Que el sentimientalismo viaja a cuerpos masculinos, o qué se yo. Pensemos el Martin Fierro, super viriles, pero si uno lo lee desde otra perspectiva, los gauchos solamente lloran. La lectura canónica que se hace es de un texto viril.
*En la primera mitad del siglo XX es interesante porque me parece que se invierte, creo que en el caso de las novelas históricas. La mujer es racional y construye a su personaje como racional. Hay una biografía de Manuela Saenz, una novela donde Saenz le dice “Deja de llorar” y en varios momentos de la novela. En las novelas históricas tal vez hay un agenciamiento en eso que estaban discutiendo…
FD: “Los hombres también lloran”. Pensemos en Luis Benjamin Cisneros: Andrés y Edgardo que paran llorando de principio a fin..
Y que son modelos de Werther, de Rousseau. La virtud masculina del homo sentimental, del hombre sentimental. Pero luego eso cambia. “Ahora las emociones están en la esfera pública”. Tenemos presidentes que se la pasan llorando, como Lula da Silva. De repente el hombre sentimental está de nuevo.
F: Y el hombre maternal
El hombre doméstico, un hombre con un cochecito de bebé. Es interesante porque va recirculando toda esta posición del sujeto. Y lo que sí creo que es peligroso establecer una cronología. Los modelos están superpuestos.