El Monumento es un Dilema. La conmemoración contemporánea y el fracaso de la filantropía en el espacio público.

Gabu Heindl y Eduard Freudmann

 

Traducido y editado en español por I. M. Calderón, bajo la  autorización de Eduard Freudmann. Documento preparado para la clase de Teoría y Crítica de Arte Contemporáneo – Karla Villavicencio, PhD.

 

 

“Si yo no soy para mí, quién es para mí?

Pero si soy sólo para mí ¿qué soy yo?

             Y si no es ahora ¿cuándo?”
Capítulos de los Principios Fundamentales (Pirkei Avot 1:14)

 

“No desdeñes a ninguna persona ni rechaces nada (por imposible)

 pues no hay hombre a quien no le llegue su hora, ni cosa que no tenga su lugar”
Capítulos de los Principios Fundamentales (Pirkei Avot 4:3)

 

“El Monumento

es un dilema.

… es un vivero forestal.

…es un proceso.

…podría ser un bosque.

…podría ser un fracaso”

Título de la propuesta ganadora para la conmemoración de los Justos polacos.

 

El Monumento: la iniciativa

La idea de dedicar un monumento en Varsovia a la conmemoración de los Justos Gentiles de Polonia fue primero presentada por Children of the Holocaust (“Niños del Holocausto”), una asociación con base en Varsovia que congrega a individuos que sobrevivieron a la Shoah cuando eran niños, muchos de ellos con la ayuda de los Justos entre las naciones. La idea fue entonces adoptada y promovida por Sigmund Rolat, un filántropo polaco-americano y sobreviviente del holocausto que se había involucrado de cerca con las actividades de conmemoración en Polonia durante los últimos años. Rolat anunció que él mismo donaría y recaudaría dinero para cubrir los costos del monumento. Su iniciativa recibió el apoyo del entonces presidente de Polonia,

Bronisław Komorowski. Sin embargo, también enfrentó una fuerte crítica desde los intelectuales judío-polacos debido a su locación revista en el distrito de Muranów, donde solía estar el Gueto de Varsovia. Hoy en día este vecindario no solo es una zona residencial sino también el punto focal del paisaje de conmemoración del Holocausto de Varsovia y el sitio del tan anunciado POLIN– Museo de la Historia de los Judíos Polcaos. Rolat proclamaba que el monumento sería construido bastante cerca a los dos memoriales del Levantamiento del Gueto de Varsovia (construidos en 1946 por Leon Suzin y en 1948 por Nathan Rapaport) y al recientemente inaugurado (2013) POLIN Museum. No obstante, los críticos argumentaron que el área debería estar reservada para la conmemoración del sufrimiento judío y, más aún, ya estaba sobrecargada con monumentos no judíos; por lo que el heroísmo polaco debía ser conmemorado en algún otro lado. Rolat, sin embargo, insistió en la locación principalmente por razones en términos de representación y asistencia: “la locación de un monumento levantó mucha controversia en nuestros círculos. Estuve convenciendo a otros de que el monumento , si era erigido en algún otro lugar, solo sería visitado por un pequeño grupo o visitantes de museo, quizás por uno de cada 20 visitantes, el que se tomaría el trabajo de verlo y aprender sobre los Justos”.

A pesar de la disputa, todos concordaron en la idea de que los Justos merecían una conmemoración. Pero los argumentos de Rolat no fueron tomados como convincentes y muchos judíos de ascendencia polaca de todo el mundo lucharon contra la locación prevista: se lanzaron grupos críticos de Facebook, artículos de periódicos se escribieron, se recogieron pronunciamientos por intelectuales, rabinos y líderes judíos.

A pesar de la crítica, en el 2013 Rolat estableció la Remembrance and Future Foundation con el objetivo de organizar una competencia llamada “From Those You Saved” (“De aquellos a los que salvaron”). Esta apuntaba a construir un monumento “a todos los polacos que rescataron judíos en la Polonia ocupada por Alemania”, localizado “en el distrito Muranów de Varsovia, Polonia, en la vecindad del Museo de la Historia de los Judíos Polacos”. Pero había una trampa, en tanto el título de la iniciativa sobre el monumento era engañoso: “De aquellos a los que salvaron” implica que existe un “Nosotros”, una comunidad de sobrevivientes y descendientes que desea expresar su gratitud a los justos gentiles. Pero esta comunidad no existe, porque los judíos que se identifican con el propósito del monumento están enconadamente divididos.

El Monumento podría ser un bosque

Sin saber mucho sobre la crítica a la iniciativa del monumento, participamos en la competición y propusimos un gran bosque urbano para que sea plantado en el parque junto al POLIN Museum (el sitio propuesto en el sumario de la competición). Tras quedar en la preselección de cinco finalistas, empezamos a escuchar y a aprender más y más sobre la controversia. Inicialmente pensamos en retirarnos de la competencia, pero luego optamos por no tomar el camino fácil. Primero que nada, apreciábamos el hecho de que la iniciativa no fuera puesta en marcha por las autoridades polacas sino en cambio por los que fueron salvados, como apunta el título. Y en segundo lugar, pensamos que la situación no era tan terrible después de todo. A pesar de todo el debate, todos los que habían participado de la discusión coincidían hasta el momento en la idea fundamental de la iniciativa: que los Gentiles merecían conmemoración. 

Después de una mirada más profunda a la situación nos dimos cuenta que, ante todo, erigir el monumento era urgente. El tiempo pasa, y 70 años después del fin del Nazismo, tanto quienes salvaron como quienes fueron salvados merman en número. Por tanto, el monumento debía ser inaugurado tan pronto como fuese posible. Pero existía un dilema: esta no es una tarea fácil que pueda ser apurada en una competencia. Erigir un monumento “De aquellos a los que salvaron” requiere tiempo –ya para la creación de un nosotros y para una toma de decisiones conjunta respecto a asuntos delicados e importantes tales como a quién está dirigido el monumento, y, sobre todo, sobre el asunto más controversial: elegir la mejor locación para este. Creímos que este dilema no era un trago amargo sino un activo único que debería ser incorporado al monumento mismo.

Así que alteramos nuestra propuesta de acuerdo a ello: el monumento sería un proceso de etapas múltiples. Durante su gran inauguración, el monumento no sería un bosque sino un vivero forestal, la concepción de un bosque, ubicado en un gran terreno elevado junto al POLIN Museum. Consistiría en densas filas de arbolillos jóvenes de dos años de una especie común en Varsovia; el apretado patrón en el que se plantan requiere que se reubiquen los árboles después de dos años, si se espera que estos continúen creciendo. Tras la apertura del monumento como un vivero forestal, un discurso social apuntaría a crear el Nosotros y decidir el futuro del monumento como un bosque –esto es, permitirle volverse un bosque- en una locación urbana a decidirse en Varsovia. El monumento no sería solo el vivero forestal o el bosque en sí mismo, sino el proceso inmediato resultante. La inherente fragilidad del vivero sería una parte intrincada del monumento, sin la que no podría lograr su dimensión plena.

El bosque debe ser plantado de manera permanente a través de un proceso participativo que incluya miembros de ese Nosotros y de la sociedad civil polaca. Debe ser mantenido y cuidado por la ciudad de Varsovia y por voluntarios privados, judíos y no judíos, sirviendo así como prueba de fuego para evaluar bajo la mirada del estado polaco y la sociedad civil el valor de la memoria de los Justos gentiles. El bosque puede adoptar cualquier forma; incluye dos claros que imitan a los dos monumentos al Levantamiento del Gueto de Varsovia. Esto nos recuerda a aquellos que no fueron ayudados, aquellos que no fueron salvados –y en el caso de una locación permanente diferente- nos recuerda el lugar donde el monumento se originó. La locación urbana del bosque es clave, porque representa el carácter alienante de la acción de ayuda, del salvataje, que fue llevado solamente a cabo por una minoría de polacos que, en muchos casos, se mantuvieron aislados tras el fin de la ocupación alemana debido al antisemitismo polaco. Si el nosotros falla, no habrá bosque y el monumento fracasará con ello. Este fracaso se manifestaría en la naturaleza diminutiva del vivero forestal, que no se volvería nunca un bosque y en la naturaleza efímera de sus árboles, que no tendrían espacio para crecer. La potencial inhabilidad para expresar gratitud como un nosotros fue entonces una característica intrínseca de nuestra propuesta como un todo desde el principio.

El Monumento podría ser un fracaso

El jurado de la competencia seleccionó nuestra propuesta como el proyecto ganador. Ello sucedió en contra de la recomendación de Sigmund Rolat, que acudió a la reunión del jurado como invitado y declaró luego a cuál proyecto apoyó. Los eventos que siguieron la decisión del jurado revelaron el malestar de la Fundación y su presidente. La conferencia de prensa agendada para realizarse inmediatamente después de la reunión del jurado, con el objetivo de anunciar el resultado de la competición fue cancelada a último minuto. Dos días después, un comunicado de prensa fue publicado: “La Junta de la Remebrand and Future Foundation ha sido informada del veredicto del jurado y anunciará su propia decisión [sic!] a su debido momento”. Una semana después le siguió un intento de presentar nuestro proyecto como inválido: “Rolat, de 84 años, señaló (…) que el proyecto ganador fue ‘radicalmente alterado’ desde su selección como uno de los finalistas (…). Por tanto, dijo, no era ya un proyecto válido al momento en que los jueces votaron por ella. La llamó un proyecto nuevo, un ‘sexto’ proyecto que no podía ser considerado entre los cinco proyectos finalistas originales”.

Aunque esta declaración era exagerada e insostenible, se volvió patente que Sigmund Rolat y su fundación no querían implementar nuestra propuesta. Konstanty Gebert, el vocero de la fundación y parte de la junta (formada por tres personas), nos informó que necesitaríamos alterar radicalmente nuestro concepto, y que de otro modo la fundación no lo aceptaría. Nuestra propuesta de tener un taller de trabajo en Varsovia para abordar las inquietudes de la fundación fue rechazado, y también lo fueron nuestros repetidos pedidos para reunirnos personalmente con Sigmund Rolat, con el fin de discutir nuestra propuesta. El 31 de julio, la Fundación anunció que el proyecto seleccionado por el jurado no sería ejecutado. Un mes después, Rolat declaró que estaba “llevando a cabo conversaciones con dos o tres artistas” y que en los próximos dos o tres meses sería anunciado ‘quién diseñaría el monumento y cuándo sería revelado’.

La Conmemoración como una asociación público-privada 

Al trabajar con monumentos en el espacio público, uno tiene que estar preparado para cualquier cosa. Debido al gran número de grupos de interés en el espacio público, cada uno de los cuales lucha por sus propios intereses, los eventos frecuentemente se desarrollan de manera impredecible. El fracaso fue uno de los resultados posibles que inscribimos en nuestro proyecto desde el inicio, encarnado en la potencial imposibilidad de crear un nosotros que triunfara en tomar decisiones conjuntas respecto al monumento. Eventualmente, “De aquellos a los que salvaron” ha fracasado, en efecto, pero por otras razones. Para examinar este fallo, es útil prestar atención a las características específicas de la iniciativa del monumento, esto es, que no es ni una empresa puramente pública ni una exclusivamente privada, sino que es un proyecto de conmemoración de una asociación público-privada. Esta característica distintiva guarda un potencial significativo para este proyecto –tanto para que triunfe como para que fracase.

Una asociación público privada (APP) es el término usado para designar diferentes formas de cooperación entre protagonistas públicos y privados –mayormente respecto al financiamiento de bienes públicos o infraestructura, por ejemplo, escuelas construidas por un constructor privado y arrendadas a un operario público. Existe un amplio rango de criticismo hacia los proyectos de las APP, relativo al ocultamiento de contratos, la falta de control parlamentario, la responsabilidad en torno a la corrupción y una escasez de legitimidad democrática. La estructura de una APP puede ser limitante debido a que los inversionistas privados están frecuentemente preocupados por proteger sus propios intereses de la influencia externa cuando surgen temas o cuestiones críticas. Esto es altamente problemático en el reino de lo público, en la academia y en las artes y la cultura contemporánea porque los protagonistas de estas áreas deben ser capaces de pensar de manera crítica y articular de manera abierta. ¿Pero que significa una APP en el contexto de la conmemoración en el espacio público? ¿Y por qué podría incluso ser un modelo interesante para la iniciativa del monumento en Varsovia?

 

Conmemorar una atrocidad tal como la Shoah no es una tarea fácil y requiere una enorme responsabilidad, especialmente al operar en el espacio público. Ha habido muchos intentos por parte de los nacionalistas polacos de usar las obras de los Justos gentiles para sus propias agendas políticas, que en muchos casos son antisemitas o antijudáicas. De allí que la mayoría de judíos polacos son bastante sensibles y recelosos respecto a ese tema. El hecho de que la idea del monumento fuese presentada por un grupo que representaba a los individuos afectados por los eventos históricos en juego e impulsada por un filántropo que es él mismo un sobreviviente fue positivo porque redujo el potencial de apropiación política por los nacionalistas. ¡Pero no lo previene del todo! En efecto, el peligro de una potencial apropiación o abuso político fue una de las controversias que rodeó a la iniciativa del monumento y la causa tras la desaprobación generalizada de la locación prevista para el monumento.

Echemos un vistazo a los protagonistas del proyecto de APP “De aquellos a los que salvaron” y su conformación específica. La primera P, el protagonista público, está representado por las autoridades polacas, tales como la República de  Polonia, la Ciudad de Varsovia y el concejo del vecindario de Muranów. Su papeles el de proveer un espacio de construcción, autorizar el diseño del monumento y el plan de construcción, así como mantener el monumento tras su gran inauguración. Las autoridades públicas mostraron su apoyo a la iniciativa pero mantuvieron un perfil bajo mientras se desarrollaron los eventos. De acuerdo al título de la iniciativa, la segunda P, el protagonista privado, está representado por aquellos que fueron salvados y sus descendientes: la asociación Hijos del Holocausto (a la que se le ocurrió la idea), la Remebrance and Future Foundation (que la volvió una iniciativa), donantes a futuro (a quienes Sigmund Rolat anunció que buscaría) y otros miembros de la sociedad civil judío-polaca que se identifican con la causa de construir un monumento a los Justos y contribuyeron a la discusión hasta ahora. Todos estos protagonistas. Juntar a todos estos actores en torno a la iniciativa de un monumento fue un inicio promisorio para conmemorar a los Justos en una forma significativa. Desafortunadamente, las cosas resultaron de manera diferente.

Feudalismo en el Espacio Público

Al final, el modelo APP no funcionó porque uno de los protagonistas actuó de manera farisaica antes que en el espíritu de una asociación. El primer error de Sigmund Rolat fue ignorar las críticas en torno al sitio elegido, apuntadas por un gran número de renombrados académicos de estudios sobre el Holocausto, historiadores y otros expertos de la sociedad civil judía. El sumario de la competencia internacional no hace mención a ninguna otra opción para la locación otra que al lado del POLIN Museum. Se segundo error fue asistir a la reunión del jurado y hacer público a qué proyecto apoyaba, intentando así socavar el trabajo independiente el jurado. Su tercer error fue desestimar su decisión y negarse a ver que el proyecto seleccionado le ofrecía la chance de corregir su primer error sin desprestigiarse. Pero probablemente el error más significativo de Rolat fue tomarse a sí mismo como el experto que, por su propia cuenta, decidiría sobre el diseño del monumento.

Todos estos traspiés pudieron ocurrir sin la interferencia de ningún factor regulatorio. Ello echa luces sobre los peligros de los mecanismos feudales dentro de los proyectos APP. Porque no es nada sino un acto feudal el invalidar todas las reglas existentes y acuerdos hechos con el público involucrado – este público no solo incluye a la sociedad civil judía y el jurado de la competencia sino también a los 136 equipos de artistas y arquitectos de 16 países diferentes que invirtieron su tiempo, energía y dinero bajo la premisa de participar en una competición seria. La acción de Sigmund Rolat choca con el concepto de un monumento público porque está en absoluta contradicción con un entendimiento democrático de la conmemoración y del espacio público, un espacio público que pertenece a un público (que siempre está por crearse) y no a un solo individuo. Aun más, la evolución de la iniciativa del proyecto plantea la cuestión misma de las responsabilidades inherentes a compromisos filantrópicos en el espacio público. Los filántropos que se comportan como expertos omniscientes tienden a parecer de algún modo excéntricos. Sin embargo, cuando operan en su campo exclusivo de responsabilidad, por ejemplo, cuando construyen sobre su propio terreno de tierra, tal comportamiento es legítimo; uno podría incluso mirarlo con algo de simpatía y llamarlo extravagante. Pero en juego aquí está el espacio público de una capital europea y más aun uno de sitios más históricamente cargados de la Shoah. No es el patio de Sigmund Rolat. Un filántropo que no entiende la diferencia entre trabajar en estos dos espacios, y las implicaciones involucradas en ellos, pierde su vocación. Sigmund Rolat debería recordar que la iniciativa que ha presidido se llama “De aquellos a los que salvaron” y no “De mí, uno de los que ustedes salvaron”. 

El Monumento es un proceso

¿Qué traerá el futuro? Lo más probable es que Sigmund Rolat haga como anunció y presente su diseño elegido a dedo para un monumento localizado junto al POLIN Museum. Podemos esperar una “memorial tradicional de piedra, acero y concreto” –monumental, representativo y modernista. Sea la forma que tome, si el Concejo de la Ciudad de Varsovia tiene una pisca de decencia, no concederá aprobación a la elección de  Rolat para el monumento a la luz de todos los cuestionables traspiés que ocurrieron durante la debacle de la APP y el criticismo global de un monumento en el lugar especificado. Sin embargo, sería un pena si la iniciativa para el monumento fuera abandonada a plenitud dado que todos los actores concuerda en que los Justos merecen conmemoración.

La realización de una manifestación de conmemoración pública contemporánea, no feudal, es posible. El primero y más importante paso sería la formación de nosotros que consista en los sobrevivientes y su descendencia, así como instituciones tales como el POLIN Museum y el Jewish Historical Institute. Es crucial dirigirnos e incluir a la tercera generación también, existen algunas organizaciones boyantes de jóvenes judíos en Polonia. Si Sigmund Rolat y la Remembrance and Future Foundation será parte de este nosotros es todavía incierto. Esto no solo depende de su disposición para aceptar ser privados de su pode irrestricto sino incluso más en su voluntad para referirse a los otros actores como compañeros en igualdad de condiciones y negociar sus posturas sin una conclusión predeterminada. El sitio del monumento sería todavía una cuestión clave debatida por ese nosotros. Si es que estará dentro o fuera de lo que antes fue el Gueto de Varsovia todavía está por verse. Por supuesto que sería posible quedarse con la propuesta seleccionada por el jurado, especialmente dado que la iniciativa del monumento debería proceder oportunamente debido a la envejecida primera generación. La constitución de un vivero forestal podría ser lograda con más bien un presupuesto pequeño. Adicionalmente, actividades de recaudación de fotos podrían ser incluidas en el proceso de negociar el futuro del monumento, estas negociaciones pueden ser llevadas a cabo mientras crecen los arbolillos.

Pero otras buenas ideas también surgieron en la discusión en torno al monumento. Irónicamente, una de ellas vino de la Remembrace and Future Foundation, que malinterpretó nuestra propuesta y creyó que el vivero forestal se mantendría en su ubicación y constantemente proveería de árboles conmemorativos a toda la ciudad –dado que, después de todo, la historia de los Justos continúa siendo escrita. A alguien más también se le ocurrió la idea de crear un monumento móvil que viajara por la ciudad mientras que otra persona propuso construir 6532 monumentos descentralizados, uno por cada uno de los individuos polacos que son reconocidos como Justos entre las Naciones por Yad Vashem. Lo que sea que venga, esperamos que una manifestación de conmemoración pública dedicada a los Justos Gentiles polacos sea inaugurada  tan pronto como sea posible, una manifestación que siga un acercamiento contemporáneo y pos-representacional a la conmemoración, incorporando una noción democrática de espacio público y –sobre todo- una manifestación a la que la retadora frase de Robert Musil ‘no hay nada en este mundo más invisible que un monumento’ no aplique.